VOTO OBLIGATORIO COMO SI EL ABSTENCIONISMO NO SIGNIFICARA ALGO.

VOTO OBLIGATORIO COMO SI EL ABSTENCIONISMO NO SIGNIFICARA ALGO.

Los ejercicios de la política de esta república tratan de plantear ideas para que la gente valide el sistema en el que vivimos, si las mayorías se quedan en casa tratando de ver cual licorera está abierta para disfrutar el metro gratis y darse una ventiladita, no es solo por que sea uno más de esos domingo tranquilos que se quedan en casa, es porque la gente tiene razones para no ir la urna más cercana a inscribir o a votar, esas razones son las que hace tambalear ese sistema y con medidas de fuerza tratan de recuperar los adeptos que perdieron la confianza en la política. De todas formas en esa ventiladita a la gente le gusta ir a votar, el plan dominguero de cada dos años es ir a hacer fila para votar por el conocido de tal o el que le va a dar trabajo al familiar, el de la cara conocida o en algunos casos el que si va a cambiar de una vez esto. Stuart Mill afirmaba que un deber de este tipo solo aseguraba la tiranía de la mayoría, la mayoría en la democracia es lo que importa, lo dice pues la democracia nunca se ocupa del relegado, del que perdió, de la tal minoría que a veces es la que no sigue masas y necesita autonomía, La democracia se apuntala en la adhesión de ignorantes para favorecer al candidato que mas los pudo manipular, aquellos individuos que votan solamente por una canción pegajosa, o por la cara del candidato no aportan en nada a la democracia, es más la vuelve peligrosa para su verdadero ejercicio. Mostrando la contradicción del sistema que solo parece quiere ocuparse del dinero, pues los abstencionistas a veces son más por ejemplo en 2010: 51%; con soluciones de fuerza (muy útil en el país) pretenden captar nuevos públicos que para políticos con poca capacidad de convocatoria, que manejan predicciones volátiles o que buscan forzar la participación para esconder la desafección bajo la alfombra que ellos mismos generaron. No se debe esperar que el voto obligatorio sea una varita mágica, puede tomarse como elemento de discusión, pero el problema va mas allá de violentar la voluntad, la cual no solucionará todos los problemas de nuestra democracia. La cosa iba mejorando pues las caras de la corrupción se iban conociendo y la gente ya no solo se fijaba en la cara si no también el carácter (algo es algo), y unos pocos en las ideas y/o programas, el voto obligatorio es un reverso en la cultura política del país, los mandatarios en este país siempre han sido los mismos y esos mismos seguirán eligiéndolo, así sean más, pero los mismos; esto no beneficia en nada la democracia como ideal pero si como sistema, el que estaba tan desprestigiado que toca atraer la clientela y mejor aun obligarla, pues la mayoría que si voto eligió a los que proponen este tipo de reformas, que sin fundamento y faltos de análisis son lanzados a la opinión pública que por lo general está influenciada por los mismos. Otro eslabón que les faltaba a la cadena de desconfianza a la clase política de este país, es que va a pasar con el dinero recaudado en las multas, quien lo recaudara. Preguntando a personas cercanas me decían, si se hace obligatorio que me multen, lo que sea, al fin al cabo en este país la falsificación del documento o la seña que diga que vote o no, estará a la vuelta de la esquina, a menor precio. Hasta los mismos políticos nos exoneraran, con acceso a las instituciones que multan, sumara un voto por él, mientras el multado estaba montando por primera vez en el metrocable de San Javier. Hasta le sale más barato la compra de votos pues te dejan salir de la vereda para que no te multen. ¿Si es obligatoria para quienes va a ser voluntario?, puede pasar que una propuesta que se escuchaba hace algunos años es que se ejerza el voto desde los 16 años: refrescaría un poco, pues las nuevas generaciones y no convencerlas, preocupan a los políticos tradicionales. El problema está en las personas que no tienen ni la remota idea de planes de gobierno o propuestas, solo se dejan inyectar con la aguja hipodérmica, y listo mijitos los falsos positivos, los agroingreso o no leer las reformas; pasan desapercibidos para probar que el fin justifica los medios y algunos se “lavan las manos” cada que un político toma malas decisiones diciendo “al menos ni fui a votar”. El voto obligatorio puede ser un incentivo para que la gente se informe un poco de sus candidatos pero en este país, la cultura política del voto programático, tiene otras soluciones y ese no es en si el problema: la propia falta de interés en la política en general o en la elección concreta y los paradigmas que han formado por años y años como la corrupción y el clientelismo; pero es necesario que la gente tenga buenos motivos para querer votar; la fuerza no es una solución. También es desviar la atención ahora todos se enojaran con lo del voto obligatorio siendo casi que irrevocable pues elegimos a los que lo proponen ,las luchas se resumirán el volver el voto voluntario, cosa que despistara a más de uno, cuando acá el problema es la corrupción y los políticos detrás de la cortinita, aprovechando el aumento de costos electorales, la gente obligada iría con mal genio a anular el voto, pues con el metro gratis en cada elección el dilema estaba alejado a la voluntad de ir. Ganarían los nulos y después multa para los votos nulos, y así se iría yendo a una especie de inquisición democrática. El voto obligatorio fuerza a las personas a legitimar el sistema instaurado, solo es una herramienta para implantarnos el sistema en el que vivimos y que muestra fallos. La clave es aprender a votar que es en verdad lo que contribuirá a la democracia que es diferente a solo ir a votar. Voto obligatorio seria mejor en el congreso, desvían la atención cuando ellos mismos se ausentan y deciden no participar de las decisiones más trascendentales de el país, para lo que los eligieron, si de multa por abstención se trata ellos ya deberían dinero. Los que van a votar es porque quieren hacerlo y así sea por caras, tejas o programas, ellos deciden como se manejara el país y si usted está consciente de esto pues vaya y vote, y si no exíjale a los estamentos electorales y políticos que lo hagan consiente, Si se quiere convocar a las urnas los partidos deberían crear programas y proyectos antes de sus campañas que obligará a los gobernantes a tomar medidas para promover que los ciudadanos se involucren en las grandes decisiones, como es la de elegir a los gobernantes. Las multas podría funcionar en otro lado pero en Colombia este tipo de propuestas no vienen de lo sano, las mayorías decidimos quedarnos en casa para echarle la culpa a los que se dejaron convencer como borregos de que esto iba a cambiar y terminan los mismos con los mismos, o los hijos de los mismos. Si voto o no voto me puedo quejar. Es ilógico no poder quejarte. Si voy o no, no me saca el derecho de vivir en una sociedad democrática pues elegí no votar.